José Carlos Zafón

Onil (Alicante), 1973

Llego a la fotografía buscando un medio de expresión, y pasados los años hacer fotos se convierte en una necesidad, quizás en una búsqueda de mí mismo a través de imágenes nacidas de mis dudas y temores.

Las fotos que tomo me sirven para agarrarme a la realidad, para no perderme en esa inmensidad. Veo el mundo en fotografías: luces y sombras se combinan, los colores se acercan para llamar mi atención y hacerme echar de menos una cámara. Fotografiar eso es lo que quiero, mostrar a los demás lo que siento en esos momentos.

DIÁLOGOS FOTOGRÁFICOS, 2019

(con Mónica Mûre)

ACASO LOS LÍMITES, 2017-2019

FISIOLOGÍA DE UN RECUERDO, 2017

(Curso práctico de Proyectos Fotográficos)

Este proyecto nace a partir de otros dos, en los que trabajo durante casi dos años, y que no consigo acabar satisfactoriamente. Es durante ese proceso de creación cuando nace la idea de este trabajo, que toma de uno el tema del recuerdo, y del otro el de la identidad. Me he dado cuenta, ya con este proyecto prácticamente finalizado, de que esta era la solución, la manera que buscaba de resolver esos dos proyectos, y que por esta razón no debo considerarlos frustrados. ‘Fisiología de un recuerdo’ los relaciona, investigando sobre sus dos ideas principales desde un punto de vista totalmente personal, y atendiendo, en cierta medida, a datos y teorías científicas extraídos de libros que tratan del tema y que leí ya hace años.

La idea central del trabajo se resume en dos sencillas afirmaciones:
-recordamos lo que recordamos porque somos como somos, y
-somos como somos, en parte, por aquello que recordamos.

Así pues, el estudio de mis recuerdos me va a llevar a conocerme a mí mismo, a dar con mi identidad, una identidad fragmentada, como se ve en la primera foto del proyecto: si recuerdo esto porque soy así, estudiar esto me dará pistas sobre como soy. Además, aún siendo la identidad firme en sus bases, también cambia, evoluciona a lo largo de la vida, y lo hace a partir de nuestras vivencias, de lo que vemos, lo que leemos, la gente que conocemos, y también de lo que llevamos dentro, de lo que hemos guardado a lo largo de los años, pero sobre todo de lo que guardamos cuando niños, en nuestra infancia.

Así planteado, el proyecto se convierte en una búsqueda de mi identidad a través de mis recuerdos, en concreto los de mi infancia, y en un lugar determinado. Y digo que se convierte en eso, sí, pero matizo: solo para mí. Es decir, puede servirme a mí, pero en ningún caso es el fin último del proyecto que, mediante la observación de las fotografías, el espectador llegue a averiguar exactamente cuáles son esos recuerdos, o a saber algo sobre mí o sobre como soy.

Algo averiguará, porque algo del fotógrafo hay en su foto (creo que si no es así, esa foto vale poco), pero como digo no es eso lo que pretendo, me conformo con que las imágenes le lleven a adentrarse en sus propios recuerdos.

Para plasmar mi idea convierto el paño en un enorme cerebro, en el que distribuyo las fotografías en cuatro series. Así tengo:

-La serie que aborda el tema de la identidad, que está formada por una sola fotografía, un políptico, que presento en un marco antiguo, y que sitúo a la altura del paño en que se situaría el tronco encefálico en ese cerebro que es mi paño. Lo hago así porque se supone que ahí es el lugar más probable en que se situarían los procesos que dan lugar a esa identidad.

-La serie que conecta identidad y recuerdo, y que se compone de:
-una fotografía, que denomino ‘Buscador’, y que situaría en la parte del paño que en el dibujo adjunto denomino ‘espacio de las disposiciones’, y
-un video que se podrá ver en una tablet (que estará dentro de una maleta, en el suelo), y que se puede escuchar a través de unos auriculares.

-La serie que aborda el tema ‘científico’, compuesto por:
-varias fotografías que se sitúan también en el ‘espacio de las disposiciones’. Las disposiciones vienen a ser las instrucciones que el cerebro ha guardado para poder reconstruir los recuerdos guardados cuando se le requieren. Estas fotografías vendrían a cohesionar la parte más artística del trabajo con la científica, igual que las disposiciones unen los estímulos sensoriales que guardamos en forma de recuerdo, con la posterior recreación de esos recuerdos.

-Las series que recrean los recuerdos:
-Cuatro series de fotografías, una por cada recuerdo. Las fotos de cada serie no se muestran necesariamente juntas, atendiendo a que en nuestra memoria las imágenes que recrean un recuerdo no están juntas en un, digamos, cajoncito del cerebro, sino que se sitúan en diferentes puntos del mismo. Lo que si hago es situar las imágenes de los recuerdos en la zona del cerebro denominada ‘espacio de imagen’. Y aquí, pidiendo perdón por las tropelías en lo que al tema científico se refiere, tengo que hacer referencia al libro ‘Y el cerebro creó al hombre’, de Antonio Damasio, que me sirvió, de inspiración cuando lo leí hace unos años, y ahora de guía en la parte científica del proyecto.